miércoles, 10 de septiembre de 2008



DÉJAME SEÑOR ROBARLE UN BESO

Si al goce de su boca
le precede mi condena,
Dios, entonces dime
qué castigo estoy viviendo
porque nunca me he gozado en otras bocas
y en un abismo de soledad me condeno.

Sí, sufro un castigo por demás
absurdo y a mi amor lo dejaste preso.
¿Por qué si siendo buena
me muero por dentro?
Entonces, entonces seré un poco mala
y para justificar mi condena
le robaré un beso...

Tú Señor, Tú, que sabes mi historia,
y lo crudo de mi invierno
y me has dejado
por tanto tiempo agonizar de frío
en el mismo infierno
Déjame saber si al besar al Corazón mío,
probaré en sus labios, un poco de la gloria...



María Ayala

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