miércoles, 10 de septiembre de 2008



IRONÍA

El primer beso que me diste,
me hizo pensar que tú me amabas.
No te pedí yo que me besaras,
me besaste tú porque quisiste.

El último beso que me diste,
fue tu adiós definitivo,
y me dejó en duda atormentada;
un beso que jamás olvido
y, que te pedí yo, desesperada.


María Ayala

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